No se sabe bien como ingresó a la zona. Hay algunas teorías. Algunos piensan que fue a través del equipaje de los turistas. Otros ponen el acento en los barcos calamareros. Lo cierto es que el chinche de la cama ya está en nuestra zona. Un insecto que se alimenta de sangre.
Se aloja en las costuras de las camas. La alta temperatura dificulta la eliminación de sus huevos. La fumigación es la única solución. Eso sí erradicarlo es todo un desafío. En el Parque Nacional Torres del Paine no se ha detectado, pero sí en sectores cercanos. El chinche podría eventualmente, transmitir algún germen patógeno. Es la realidad de un insecto que si bien no abunda en Magallanes, podría llegar a su hogar y transformarse en una indeseable visita.