Semantuvieron firmes a su convicción de no vacunar a su hija de un año y tres meses. Temen una reacción alérgica adversa en la pequeña, pero no pudieron contra el sistema. Patricio y Nayareth tendrán que inocular a lapequeña Amaya contra su voluntad. Las presiones de la justicia y eventuales represalias sociales y laborales finalmente los obligó a tomar la decisión.