Es la temporada con mayor ocurrencia de incendios en las últimas dos décadas. De noviembre a la fecha más de 20 mil hectáreas han sido consumidas, el triple que el año pasado.
Hasta ahora las pérdidas son millonarias para uno de los principales sectores productivos de la región. Los esfuerzos, por controlar la propagación del fuego y evitar que alcance el patrimonio forestal, son arduos. A través de centrales de operaciones continuas, con equipos de alta tecnología y monitoreo las 24 horas del día, las grandes empresas del rubro intentan detener los incendios que a diario amenazan a la región.
A menor escala, los pequeños propietarios también enfrentan las consecuencias de haber perdido sus sistemas de riego y canalización de agua potable, cultivos, casas y su única fuente laboral. Aún así, de a poco comienzan a levantarse.