Tras decidir radicalizar la protesta a 75 metros de altura, uno de los cuatro manifestantes que llevaban una semana sobre una grúa pluma, Alex Arias (45) bajó de la estructura. ""No somos monos, estamos exigiendo lo justo"", reclamó, al emplazar directamente a las autoridades políticas para que intervengan en el conflicto.
Luego, los otros tres manifestantes lanzaron sus arnés de seguridad, además de la cuerda con que recibían alimentos, e iniciaron una huelga seca.
Rechazan el que el consorcio C y S ofrezca pagarles la mitad de la deuda, pero obligándolos a renunciar al inicio de acciones legales contra los otros socios de la firma, lo que en términos prácticos implicaría renunciar a recibir la otra mitad de lo adeudado.