A dos semanas de la destrucción del establecimiento debido a un incendio presumiblemente intencional, los 260 alumnos de la escuela intercultural San Ramón de Tirúa volvieron a clases, en un plantel de emergencia.
Las salas modulares y baños fueron instalados en los últimos días en el mismo lugar de la escuela. Se debió utilizar la misma teconología modular de contenedores usada para las escuelas de emergencia post-terremoto en la zona central, para que los niños no perdieran clases.
El municipio de Tirúa interpuso una querella por incendio, ante la justicia de Cañete, a pesar que la fiscalía aún no recibe los informes que confirmarían la intencionalidad del incendio, repudiado tanto por la comunidad, el municipio, e incluso la Coordinadora Arauco-Malleco.