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Hay beneficios en tener hijos a una mayor edad

Un estudio determinó que los niños nacidos de madres con edades más avanzadas tuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas que los niños nacidos de madres más jóvenes.

Perri Klass New York Times News Service

© AFP

Miércoles 16 de agosto de 2017

La primera vez que me embaracé era considerada una madre joven en mi grupo demográfico: tenía 25 años, estudiaba Medicina y estaba rodeada de compañeros que, en su mayoría, todavía no se estaban reproduciendo.

Para mi tercer embarazo, tenía más de 35 años, por lo que, en los términos obstétricos que aprendí en la escuela de Medicina, ya clasificaba como una “multigesta añosa”, es decir, alguien que tendrá un hijo, pero no el primero, después de los 35 años. Si fuera tu primer hijo, serías una “primigesta añosa”, o “primi añosa” para abreviar; incluso como estudiante de medicina, algo me decía que ninguna mujer había inventado esta terminología.

Así que, para ciertos estándares, tengo experiencia tanto como madre relativamente joven y como madre relativamente vieja, aunque no llego a los extremos.

Los informes de Estadísticas Vitales Nacionales dieron a conocer sus resultados en enero y muestran que en Estados Unidos los nacimientos dieron un giro en 2015: el índice de nacimientos en adolescentes durante ese año bajó a 22,3 por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años, una tasa baja para el país. Para mujeres de 30 a 44 años, el número de nacimientos fue el más alto registrado desde la década de 1960.

Conforme los índices de natalidad se inclinan cada vez más hacia madres de edad un poco más avanzada, los investigadores siguen buscando qué significa esto, en términos tanto de quién se está embarazando, cuándo lo hace y cómo se asocia eso con el desarrollo de sus hijos, especialmente en relación con las habilidades cognitivas.

Recientemente, también se han desarrollado investigaciones interesantes sobre la edad de los padres, pero los estudios a los que me refiero se centran en las madres.

La tendencia en todos los países desarrollados durante los últimos años ha sido que cada vez más mujeres tienen hijos más tarde en la vida; la edad media en Estados Unidos para dar a luz al primer hijo subió de 24,9 a 26,3 años, de 2000 a 2014. Tanto si es el primer hijo como si no lo es, muchas mujeres que están teniendo hijos tienen 35 años o más, lo que aún se clasifica como “edad materna avanzada”.

En un estudio publicado en febrero en el International Journal of Epidemiology, los investigadores analizaron los resultados de tres distintos estudios de larga duración en el Reino Unido: uno de 1958, otro de 1970 y el tercero de 2000 a 2002, cada uno con una muestra de alrededor de 10.000 niños. Todas las investigaciones buscaban la relación entre la edad materna al momento del nacimiento de los bebés y las habilidades cognitivas de estos últimos a los 10 u 11 años.

En los dos estudios previos, hubo una correlación negativa: la edad materna de 35 a 39 años al momento de dar a luz se relacionaba con resultados menores en las pruebas cognitivas de los niños examinados una década más tarde; mientras que los niños que habían nacido de madres con edades entre 25 y 29 años tuvieron mejores resultados.

Por otro lado, en el estudio más reciente, la correlación se revirtió: los niños nacidos de madres con edades entre 35 y 39 años tuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas que los niños nacidos de madres más jóvenes.

¿Qué cambió? Los investigadores descubrieron que este revés se puede explicar si se corrigen las características socioeconómicas de las madres: mujeres distintas, en distintas circunstancias, eran quienes estaban teniendo hijos en edades más avanzadas.