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¿Los padres pueden sufrir depresión posparto?

En muchos casos, la emoción de convertirse en padre es reemplazada por miedo y desesperanza en los hombres.

By Douglas Quenqua New York Times News Service

© Agencia UNO

Martes 24 de octubre de 2017

En los días posteriores al nacimiento de su hijo, Rob Sandler descubrió que la emoción de convertirse en padre había sido remplazada por miedo y desesperanza. Esos sentimientos, junto con la falta de sueño y el estrés, culminaron en un ataque de pánico durante la ceremonia de circuncisión de su hijo.

Mientras su grupo de amigos se despedía después de la ceremonia, “tenía esta sensación de que ellos se alejaban mientras yo estaba amarrado a esta situación que nunca mejoraría”, dijo Sandler, un ejecutivo de mercadotecnia que vive en Dallas. “Me sentía atrapado”. Siguieron meses de tristeza, ansiedad y —quizá lo más preocupante de todo— un sentimiento de profunda decepción ante su propia incapacidad para ser un buen padre.

 

En los últimos años, una creciente cantidad de investigaciones y la visibilidad en aumento de padres como Sandler han dado pie a la idea de que no es necesario parir para presentar depresión posparto. Los estudios sugieren que el fenómeno puede ocurrirle a entre el siete y el diez por ciento de los padres primerizos, en contraste con cerca del 12 por ciento de madres primerizas, y que es más probable que los padres deprimidos les peguen a sus hijos y menos probable que les lean.

Ahora, un estudio realizado por la Universidad de California del Sur ha encontrado una relación entre la depresión y niveles reducidos de testosterona en los padres primerizos, añadiendo peso fisiológico al argumento de que la depresión posparto ya no es solo cosa de mujeres. El estudio también halló que mientras los niveles altos de testosterona en los nuevos padres los ayudaban a protegerse contra la depresión, también se correlacionaban con un riesgo mayor de depresión en las nuevas madres.

Sabemos que a los hombres les da depresión posparto y sabemos que la testosterona se reduce en los papás primerizos, pero no sabemos por qué”, dijo Darby Saxbe, profesora de Psicología de la misma universidad y autora del nuevo informe. “A menudo se ha sugerido que las hormonas subyacen en parte a la depresión posparto en las mamás, pero se ha puesto mucha menos atención a los papás. Estábamos tratando de armar este rompecabezas”.

 

“No hay duda de que el periodo perinatal es uno de los más difíciles tanto para los hombres como para las mujeres”, dijo la Dra. Samantha Meltzer-Brody, profesora de Psiquiatría Perinatal en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte. “Pero el proceso del alumbramiento y los malabarismos hormonales que experimentan las mujeres están en otra esfera”.

De hecho, definir la depresión posparto ha sido una búsqueda de siglos, con la traba del estigma social que evita que muchas mujeres reconozcan tener un problema. A las mujeres atormentadas por la tristeza, la ansiedad y los pensamientos suicidas asociados con ese padecimiento —identificado por primera vez por Hipócrates en 400 a. de C.— se les ha dicho durante mucho tiempo que todo está en su cabeza, o bien se han culpado a sí mismas por no ser mamás lo suficientemente buenas.

En los últimos cinco años, varios estudios han presentado evidencias de una relación considerada desde hace tiempo entre la depresión posparto y las fluctuaciones hormonales comunes en las mujeres después de parir, lo que ha dado una mayor legitimidad médica al diagnóstico. También se ha desechado parte de la vergüenza y el estigma que rodean a esa enfermedad por el hecho de que madres famosas, como Brooke Shields, Gwyneth Paltrow e Ivaka Trump han compartido sus propias historias de depresión posparto.

Sin embargo, los investigadores aún no pueden determinar qué tan importante es el papel de las hormonas en comparación con otros factores como el estrés, la falta de sueño y los antecedentes de padecimientos mentales.

 

Además, difícilmente son solo las mujeres quienes enfrentan el estigma que rodea a las enfermedades mentales. “Hay un mito muy poderoso respecto de que los hombres no se deprimen o, si lo hacen, no deben expresarlo”, dijo Will Courtenay, psicólogo y autor de Dying to Be Men: Psychosocial, Environmental and Biobehavioral Directions in Promoting the Health of Men and Boys. “Por lo tanto, es menos probable que los hombres reciban tratamiento para la depresión”.

En 2007, el Dr. Courtenay fundó Pospartummen.com como un lugar de encuentro para los nuevos padres que luchan con problemas de salud mental. Hoy en día, el sitio ofrece recursos para los hombres que buscan ayuda.

En lo que concuerdan ambos bandos es en que se ha prestado muy poca atención al papel de los hombres en el tema de lo que sucede tras el parto. La Dra. Jennifer L. Payne, directora del Centro de Trastornos del Estado de Ánimo en las Mujeres de la Facultad de Medicina Johns Hopkins, dijo que la nueva investigación ayuda a arrojar luz sobre el papel que los cónyuges y las hormonas pueden desempeñar en el padecimiento, pero que no debe ir tan lejos como para etiquetar lo que los hombres experimentan como depresión posparto. El estudio de la Universidad de California del Sur, según dijo: “Trata sobre síntomas depresivos, y yo no llamaría a eso depresión posparto. Creo que eso es una historia muy diferente”.

La Dra. Saxbe no está tan segura. “Hasta cierto punto, cualquier depresión posparto es solo una depresión que surge en el periodo posterior al parto”, dijo. “Tampoco está perfectamente determinado que haya una razón hormonal obvia en las mujeres”.