Tras el escándalo de la filtración de información de Facebook, el columnista de tecnología del The New York Times, Brian Chen, decidió descargar sus propios datos almacenados en la red social para saber qué sabía ésta de él.
"Mi perfil es escaso... rara vez publico algo en el sitio y pocas veces hago clicks en los avisos", escribió, por lo que pensaba que Facebook sabía muy poco de él, sin embargo, se llevó una sorpresa enorme.
"Descubrí que unos 500 anunciantes, sobre muchos de los cuales nunca había escuchado, como Bad Dad, una tienda de repuestos para motos, y Space Jesus, una banda de electrónica, tenían mi información de contacto, que podía incluir mi e-mail, mi teléfono y mi nombre completo", contó.
"Facebook también tenía mi directorio telefónico completo, incluido el timbre de mi apartamento. La red social había guardado un registro permanente de las aproximadamente 100 personas que había borrado de mi lista de amigos en los últimos 14 años, incluidas mis ex", continuó.
Al seguir investigando, descubrió que "la mayor parte de la información básica, como mi cumpleaños, no se podía borrar. Más importante todavía: aquellos datos que me parecían cuestionables, como el registro de la gente que había sacado de mi lista de amigos, tampoco se pueden borrar de Facebook".
Por otro lado, dentro de todas las carpetas que descargó, había una con el nombre "index", la que contiene importantes datos de tu perfil de Facebook, "donde uno puede ir viendo su perfil, su lista de amigos, su timeline y sus mensajes, entre otros elementos".
Asimismo, en la carpeta "Contact Info", el periodista comprobó que estaban "los 764 números y teléfonos de todas las personas en los contactos" de su smartphone.
Por otro lado, el columnista constató que la memoria de la red social creada por Mark Zuckerberg es infinita. No sólo guarda los datos del día en el que ingresaste a la red social, si alguna vez la desactivaste, cuándo ingresaste, por qué dispositivo y qué navegador se usó.
Por último, decidió comparar con música el espacio que ocupaba la información que Facebook poseía de él, la que equivale a 650 megabytes, es decir, unas 160 horas de música.
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