Desde muy pequeña Tabitha sufrió con las burlas por su peso, pero no fue eso lo que la llevó a querer hacer un cambio en su vida, sino que una incómoda situación durante una de sus vacaiones.
La joven, que llegó a pesar 130 kilos a los 24 años, se fue de viaje por Europa y al regreso se encontró con la desagradable sorpresa de que no cabía en el asiento del avión. Ese humillante episodio fue lo que la hizo pensar en replantearse su forma de vida.
"Pensé 'nadie merece vivir así' ese fue mi momento de iluminación. Además, mi doctor me dijo que estaba a punto de padecer de colitis ulcerativa que, si sigue avanzando, puede llegar a convertirse en cáncer de intestino", dijo al Daily Mail.
Con ese pensamiento llegó a su casa y comenzó dejando por completo el azúcar y el gluten. Luego abandonó las comidas procesadas.
Esos tres cambios, además de ejercicio diario, fueron fundamentales para lograr su objetivo. A los 11 meses de comenzar la dieta había bajado 65 kilos.
Rogers cuenta que no fue un cambio fácil, ya que consideraba que era adicta a la comida.
Su rutina de ejercicio comenzó con caminata y nado, debido a que su peso no le permitía hacer más cosas sin sentirse mal o lesionar sus rodillas. Después incluyó circuitos intensos y ejercicios musculares. Dejó de fumar y contrató un entrenador personal.
"Para ser honesta, sentí que había pasado 22 años de mi vida sin vivir y ahora siento que desperté", confesó.
Hoy con 70 kilos menos está orgullosa de lo que ha logrado y junto a su entrenadora personal creo el sitio web Vibrant Healthy Living donde cuenta su experiencia, responden preguntas y dan consejos a personas que tengan su mismo problema.