Una extraña especie de dinosaurio descubierta en Chile se ha convertido en uno de los temas más comentados a nivel científico durante los últimos días.
Bautizado en honor al lugar donde fue hallado y a Diego Suárez, el niño de siete años que encontró el primer hueso, el Chilesaurus diegosuarezi tiene desconcertados a los investigadores por su anatomía.
"Sus brazos eran robustos, pero las manos solo poseían dos dedos bastante cortos que terminaban en garras ligeramente curvas, por lo que no usaba sus manos para capturar animales. Podría describirse a este dinosaurio como un puma con cabeza de guanaco y manos atrofiadas como las de un Tiranosaurio rex", explicó a la revista Nature Fernando Novas, autor principal del estudio en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia” en Buenos Aires.
"Hemos hallado numerosos esqueletos, muchos de ellos bastante completos, de este nuevo dinosaurio herbívoro del tamaño de un caballo pequeño", añadió Novas.
Chilesaurus es uno de los dinosaurios más extraños descubierto hasta ahora. Pertenece al linaje de los terópodos, grupo que incluye a los famosos carnívoros como Velociraptor, Carnotaurus y Tyrannosaurus.
Sin embargo, este ejemplar tiene el cráneo pequeño, un pico córneo y los dientes en forma de espátula. Estas características revelan que Chilesaurus poseía una dieta completamente herbívora.
LINAJE HASTA AHORA DESCONOCIDO
Chilesaurus constituye el primer representante de un linaje hasta ahora desconocido para la ciencia. “Es un verdadero ‘rompecabezas evolutivo’ que causará revuelo entre los especialistas”, enfatiza Novas.
“Hemos descubierto más de una decena de especímenes muy completos y articulados –apunta el experto–, por lo que no hay duda de que combinaba toda esta serie de rasgos”, agrega.
Además, es el primer dinosaurio del período jurásico conocido hasta el momento en nuestro país, y representa a uno de los dinosaurios terópodos mejor documentados del hemisferio sur.
“La gran cantidad de restos revela que era uno de los habitantes más comunes del sector sur de la Patagonia en este período. Su descubrimiento revela que la historia de los dinosaurios fue mucho más compleja de lo que imaginábamos. No hay registros a escala mundial de que el Chilesaurus haya tenido algún pariente cercano, y menos aún, algún descendiente. Nuestro objetivo inmediato será al menos intentar desvelar cuáles fueron sus antepasados, algo que tendremos que buscar en rocas más antiguas”, concluye el investigador.
ENCUENTRO CASUAL
El hallazgo del Chilesaurus ocurrió el 4 de febrero de 2004, cuando el matrimonio de geólogos chilenos, Manuel Suárez y Rita de la Cruz, exploraba la zona de la Cordillera de los Andes que rodea al lago General Carrera. Su objetivo era estudiar las rocas que conforman esta región de la Patagonia a fin de comprender cómo habían surgido los Andes del sur.
En su recorrido los acompañaban el hijo de ambos, Diego Suárez, quien en los alrededores de un pequeño caserío llamado Mallín Grande -al sur del lago-, recogió huesos de vaca y estudió atentamente, porque este niño de siete años quería encontrar huesos de dinosaurios.
Fueron a caballo hacia el llamado cerro Negro, con el objetivo de revisar rocas del período Jurásico. Una vez allí, el grupo se separó y los geólogos se fueron a estudiar las rocas mientras que los niños partieron al lado opuesto.
Esa misma tarde, Diego encontró unos fragmentos extraños que enseñó a su hermana.
Cuando Manuel y Rita se reencontraron con sus hijos, miraron incrédulos los fósiles hallados por su hijo. Se trataba de una pequeña vértebra de escasos centímetros y una pequeña costilla.
Los geólogos inmediatamente comenzaron a buscar más restos donde Diego informó que los había descubierto. Posteriormente, Manuel Suárez se contactó con especialistas en reptiles fósiles de Argentina, con una larga experiencia basada en descubrimientos e investigaciones efectuadas al otro lado de los Andes. Así fue como se ha llegado a describir este nuevo terópodo.