Chorros de energía desde el centro de la galaxia, extendiéndose a más de la mitad del cielo y se mueven a velocidad supersónica, han sido detectados por el radiotelescopio Parkes.
"La cantidad de energía de estos chorros es increíble, alrededor de un millón de veces superior a la explosión de una supernova", señaló Lister Staveley-Smith, profesor de la Universidad de Western Australia y coautor del estudio.
Las medidas se extienden 50.000 años luz de arriba a abajo fuera del plano galáctico. Eso es igual a la mitad del diámetro de nuestra galaxia, que en total mide 100.000 años luz, aproximadamente un trillón de kilómetros.
"Nuestro Sistema Solar se encuentra a unos 30.000 años luz del centro de la galaxia, pero estamos perfectamente seguros porque los chorros se mueven en una dirección diferente a la nuestra", recalcó Staveley-Smith.
Los chorro de energía se pueden ver desde la Tierra, pero son invisibles al ojo humano, se extienden alrededor de dos terceras partes a través del cielo de horizonte a horizonte y coinciden con regiones previamente identificadas de emisión de rayos gamma detectadas por la nube de emisión de microondas descubierta por la Sonda de Anisotropía de Microondas Wikinson WMAP , el telescopio espacial Planck y el telescopio espacial Fermi, también llamado burbujas de Fermi.
Estas observaciones sumadas a las del Parkes, permite a los científicos comprender cómo se alimentan estos enormes géiseres galácticos.
Los hallazgos recientes han demostrado que el fenómeno ha sido impulsado por muchas generaciones de estrellas formándose y explotando en el centro de la galaxia en los últimos cien millones de años.
Antes no se tenia la certeza si se trataba de una actividad parecida a la de un quasar producida por el agujero negro súpermasivo de nuestra galaxia o una formación estelar.
Los expertos creen que esta radiación juega un papel importante en la generación del campo magnético global.