La Antártida es uno de los lugares más extremos del mundo, dónde el frío alcanza temperaturas casi inimaginables. Allí, donde el frío cala los huesos, nadie esperaría ver una cascada y menos que sea roja, pero en McMurdo Dry Valley ocurre ese particular fenómeno.
En el lugar cae una larga catarata que baña el glaciar Taylor y desemboca en el lago Bonney simulando el color de la sangre y sale desde un corte del lugar.
Pero esto no significa que haya una matanza de pingüino o algo parecido, se trata en realidad de agua que está almacenada 400 metros bajo tierra y es tres veces más salada que la que está en el océano.
Una mezcla de minerales y la falta del oxigeno, todo eso más la luz del sol, produce ese color al oxidarse en contacto con el aire.
Un fantástico panorama para quienes pueden llegar hasta ese recóndito lugar de la Tierra.
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