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La misteriosa señal captada por el hombre que puede tener origen extraterreste

El 15 de agosto de 1977 el radiotelescopio Big Ear recibió un extraño mensaje desde la constelación Sagitario. ¿Un rebote, basura espacial? Así nace la "Señal Wow!".

Fernando Jimenez

Jueves 14 de agosto de 2014

¿Existe vida en otros planetas? La eterna pregunta que se ha hecho el ser humano casi desde sus orígenes nunca ha podido ser respondida completamente y de paso se enfrenta a la cierta posibilidad de que estemos solos en el universo.

Para muchos esta opción es realmente impensada teniendo en cuenta la enormidad del espacio exterior. Pero, lo que pocos saben, es que hubo una fecha en que los científicos sí creyeron estar ante inteligencia alianígena.

Este viernes 15 de agosto se conmemora un nuevo aniversario de un enigmático episodio que aún no logra ser resuelto ni explicado. Ocurrió durante una noche de 1977 cuando el radiotelescopio Big Ear, Ohio, Estados Unidos, logró captar una extraña señal proveniente desde la zona oeste constelación de Sagitario que alcanzaba una intensidad hasta 30 veces superior a las tradicionales.

Eran exactamente las 23:16 de la noche en la costa este cuando el ordenador de la estación, un IBM 1130, con 1 MB de disco duro y 32 KB de memoria RAM, convirtió sus recepciones en una misteriosa serie de caracteres alfanuméricos dejando para siempre escrita la secuencia o código "6EQUJ5", la cual mantendría en vilo y duda a la comunidad científica internacional hasta nuestros días. Pero ¿Qué fue lo que realmente ocurrió?

En medio de sus labores de turno nocturno el profesor de la Estatal de Ohio, Jerry R. Ehman, y voluntario del proyecto "SETI", se vería enfrentado a esta señal que vendría a alterar su, hasta entonces, invariable jornada de trabajo de lunes y le cambiaría la vida para siempre. Inmediatamente, registró la transcripción en una sección de papel continuo por la computadora del observatorio y más tarde comprobaría que se trataba de la señal anómala más intensa detectada hasta entonces por un radiotelescopio. Tal vez producto de la sorpresa y emoción ante tamaño descubrimiento, el joven profesor dejó registrado el momento con una anotación que decía: "Wow!". Este es el momento exacto del nacimiento de la "Señal Wow!".

El código en cuestión correspondía a una supuesta señal de radio de exactamente 72 segundos de duración proveniente de la zona oeste de la constelación de Sagitario, justamente la región del firmamento que en ese momento analizaba el radiotelescopio. La señal era de una intensidad 30 veces superior al ruido de fondo que solía registrar Big Ear, y se trataba de la anomalía más intensa detectada nunca por un radiotelescopio.

Acá puedes escuchar la señal.

Ehman, preso de la emoción, corrió a enseñar la señal captada por el radiotelescopio a sus superiores, el director del observatorio, John Krauss y su asistente Bob Dixon, que se mostraron igual de entusiasmados. Al fin y al cabo, los científicos estaban buscando precisamente una señal de ese tipo, pues trabajan para el proyecto SETI –Search for ExtraTerrestrial Intelligence– que, bajo el auspicio de la NASA, trataba (y sigue tratando, aunque sin el patrocinio de ésta) de analizar las señales electromagnéticas provenientes del espacio exterior en busca de señales inteligibles.

Tanto Ehman como Kraus y Dixon estudiaron la señal logrando descartar que fuera fruto de algún tipo de interferencia proveniente de la Tierra, por lo que durante el mes siguiente los operarios del radiotelescopio intentaron reposicionar la señal. Pero no tuvieron éxito.

El misterio comenzó a propagarse y en vista de la ausencia de respuestas los intentos por encontrarla continuaron. En los años 1987 y 1989 se quiso nuevamente dar con la señal utilizando otro radiotelescopio aunque, nuevamente, sin obtener resultados positivos. Ya en 1995 y 1996 se intentó utilizando el conjunto de radiotelescopios VLA ubicados en Nuevo México (formado por 27 platos de 25 metros cada uno), nuevamente fracasando en el objetivo de ubicar la señal. Y así hasta hoy.

De hecho, en 1997, el investigador del SETI Paul Shuch explicó a la revista New Scientistque en el caso de que la "señal Wow!” hubiera tenido un origen extraterrestre, habría requerido un espetacular despliegue técnico: un trasmisor del al menos 2,2 gigavatios, mucho más poderoso que cualquier emisora de radio terrestre. Quizás la civilización alienígena contaba con una tecnología muy superior a la nuestra, pero al menos tendrían que haber instalado la antena en algún sitio.

Pese a que las teorías apuntan al escepticismo, lo cierto es que la "señal Wow!" continúa siendo un misterio mundial del cual ya se cumplen 37 años.