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¿Qué hacer con un adolescente "rebelde sin causa"?

Una psicóloga y asistente social entrega cinco claves para sobrevivir al vendaval de un adolescente problemático.

24Horas.cl TVN

Domingo 10 de abril de 2016

Ya no son niños, pero tampoco quieren ser unos aburridos adultos. Los adolescentes pasan por una gran variedad de cambios, lo que muchas veces los hace ser más conflictivos e indecisos.

“La adolescencia es una etapa de adaptación que transcurre entre la niñez y la vida adulta, caracterizada por la vivencia de cambios físicos, sexuales, emocionales y sociales que ocurren de manera intensa y repentina", indica Susana Arancibia, docente del Magíster de Familia, Infancia y Adolescencia de la Universidad del Pacífico.

"Durante este período los sujetos deben obtener y desarrollar aquellas herramientas, competencias y habilidades que les permitan lograr una identidad propia, junto con transformarse en adultos responsables frente a la sociedad”, enfatiza la experta.

En la búsqueda de identidad propia y urgencia por diferenciarse del resto, los adolescentes son generalmente irreverentes en su vestimenta, desafiantes frente a sus padres y se validan con la opinión de sus pares.

Sus preocupaciones se centran en la apariencia física, en la forma que los demás los ven, probando por ello diferentes formas de vestir. Inician así uno de los primeros laboratorios sociales en su vida, donde la opinión de los amigos resulta ser mucho más importante que la de los padres", indica Arancibia.

 

Pero, ¿hay algún tipo de estructura familiar que facilite la existencia de un adolescente rebelde?

“Sí. En un primer caso a nivel familiar es posible encontrar una estructura cuyos límites son difusos, lo que se manifiesta en el aglutinamiento de las relaciones, lo que de manera natural conlleva a la confusión o pérdida de jerarquía, al punto en los padres abandonan su rol para transformarse en amigos", explica.

En contraposición, también se encuentran los adolescentes que crecen en hogares donde las reglas son tan rígidas que se vuelven imposibles de superar y donde los padres comparten escasa información con sus hijos.

En estos casos es habitual que los adultos se enteren tarde de las dificultades por las que atraviesan los adolescentes.

Cinco claves para enfrentar de mejor manera esta problemática familiar:

1. Mantener los canales de comunicación abiertos: Los progenitores deben evidenciar el amor que le tienen a sus hijos, pero al mismo tiempo, sin perder de vista el rol de padres que les corresponde.

2. Negociar y clarificar las normas de funcionamiento: En esta etapa hay una necesidad de restablecer las reglas. Su acatamiento será mayor si el adolescente participa en la construcción de este nuevo escenario.

3. Siempre permitir que el adolescente pueda expresar su punto de vista, aun cuando sea contrario al esperado: La única forma de poder ayudarlo es escuchándolo. Cada vez que esto ocurre, el joven se escucha a sí mismo, lo que le da una oportunidad riquísima de poder replantear sus ideas hasta que logre ajustarlas acorde a la persona que busca llegar a ser.

4. No discutir por cosas irrelevantes: Los padres deben entender que sus hijos son personas separadas e independientes de su existencia y que, por lo tanto, es muy normal que sus actuaciones difieran de las suyas. Esto no debe ser considerado como un atentado a la autoridad de los padres, sino más bien como una señal que indica su crecimiento y desarrollo.

5. No claudicar a proporcionar la protección que ellos necesitan, aun cuando la rechacen permanentemente: El rol de padres obliga a cuidar a los adolescentes, a pesar de que ellos no lo desean, abriendo caminos y ayudándolos a despegar de casa con paso seguro, teniendo claro que su partida es inminente pero, al mismo tiempo, entregando la convicción de que frente a las vicisitudes de la vida siempre estarán allí para apoyarlos.