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Más que música: seminario el rock y poesía, el folk de los 60 y 70'

El seminario que se lleva a cabo en el Café Literario del Parque Bustamante, examina los cruces entre ambas disciplinas y las letras de notables figuras como Bob Dylan y Leonard Cohen

24Horas.cl Tvn

Viernes 3 de octubre de 2014

La primera sesión del Seminario Rock y Poesía: lírica y épica del folk de los años 60 y 70 estuvo a cargo del expositor Armando Roa, poeta y director del Insituto de Humanidades de la UDD y se tituló 'El folk: poetas, vagabundos y rebeldes'.

Esta iniciativa gratuita es organizada por la UDD y el Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia.

Roa insistió en que el rock y la poesía no son artes opuestas: "el rock no es solo lo que muchos creen: sexo, drogas y alcohol. Es mucho más y la poesía no es una disciplina para un ghetto en particular".

El folk estadounidense e inglés lograron un cambio en una época donde la sociedad experimentaba una crisis moral y el surgimiento  de una generación que rompió los cánones establecidos y desordenó el escenario conservador.

En el caso de EE.UU., la Generación Beat, compuesta por poetas como Allen Ginsberg y Jack Kerouac, fue la responsable de sacudir los cimientos de un atmósfera rica en tradiciones pero que al mismo tiempo sufría contradicciones.

La juventud no estaba satisfecha ni comprometida por alcanzar el ansiado sueño americano. Además, la discriminación racial y de género vició el aire que se respiraba en aquellos días.

La frase del poeta Walt Whitman, "Quien degrada a otro me degrada a mí", los inspiró a revelarse contra el pensamiento de la época basado en que el éxito significa generar riquezas, optando por la proclamación del individuo y su autonomía.

Este espíritu consiguió expandirse poco a poco y resultó dar con figuras que supieron fundir en una pieza la poesía y la música con un carácter contestatario y hermoso

Su armonía y calidad artística le otorgaron la capacidad para transformarse en la voz de una juventud que rechazaba la Guerra de Vietnam.

Bob Dylan, Joan Báez, The Byrds, entre otros, fueron los artistas que impulsaron y consolidaron el movimiento folk en Estados Unidos con influencias del blues en sus composiciones.   

 

Al otro lado del Atlántico, en Inglaterra, el folk aparecía con algunas diferencias.

Según Roa, el contraste social prevaleciente era mayor al que existía en EE.UU.. "Había una clase obrera fuerte, un sentimiento de desarraigo y rabia, los jóvenes eran escépticos y desengañados".

En este lado grupos de rock como los Rolling Stones y The Kinks eran más exclusivos en su postura. 

El folk inglés se caracterizó por tener una instrumentación más sofisticada y con raíces celtas.

Esta corriente mantenía cierta nostalgia por la provincia y el campo, rechazando tajantemente la urbe. Tenía una fuerte inclinación por el mundo medieval y por su música en sistema modal.

En esta parte del mundo la inspiración venía de parte de escritores como William Blake, T. S. Elliot y James Joyce, y una característica significativa era reivindicar la figura del trovador del medioevo, para situarlo en un nuevo contexto. 

 

Artistas de la talla de Bert Jansch, con su banda Pentangle y John Martyn fueron capaces de incorporar la poesía y la música con un virtuosismo impresionante.

Encontraron la forma de liberar la buena literatura de las aulas y acercarla a la gente, hacerla reflexionar y pensar frente a un arte compuesto capaz de embellecer su alrededor en tan solo unos instantes.

El folk irrumpió de tal manera que, en Estados Unidos, daría paso al movimiento hippie durante los 60 que acumuló una gran cantidad de artistas ligados al folk y al rock.

Asimismo, en Inglaterra, esta nueva tendencia sentaría las bases que originarían el punk en los años 70. Todo esto con la carga social que conforma la esencia de su reflexión en ambos casos.