Banksy no para.
La imaginación de este enigmático artista urbano se resiste a descansar y prácticamente no hay día en que no provoque titulares con sus originales performances.
En el último mes, sus actividades se han desarrollado de forma casi exclusiva en Nueva York, vendiendo obras suyas sin mayor publicidad, ofreciendo supuestos originales suyos que no lo eran o paseando por las calles de la Gran Manzana un camión repleto de animales de peluche.
Hay más.
En su última acción compró un cuadro de un simple paisaje en la tienda Housing Work de la ciudad de los rascacielos.
En lugar de colgarlo en una pared de su casa, optó por dibujar un oficial nazi sentado de espaldas observando el paisaje.
Acto seguido, pudo a la venta la revalorizada obra con la intención de destinar todas las ganancias a una fundación benéfica que se ocupa de gente sin hogar, enferma con sida y otras enfermedades de transmisión sexual.
El precio de partida de la subasta será de 76 mil dólares (unos 36 millones de pesos) y terminará el 31 de octubre.
Lo más llamativo es que, tras la acción del controversial artista, el valor de la obra se multiplicó inmediatamente.
El "óleo sobre óleo" fue llamado "The banality of the banality of evil" ("La banalidad de la banalidad del mal") y apareció en la ventana de la misma tienda donde habría sido comprado el inicial, según informe el diario New York Post.
La pintura fue encontrada por un empleado a las 9 de la mañana cuando fue a abrir la tienda, como una donación anónima. Al día siguiente recibieron una llamada que autentificaba el cuadro como una obra de Banksy.
"Esta es una de las cosas más geniales que nos ha pasado en mucho tiempo", dijo la vocera de la tienda, Rebecca Edmondson. "Es un gesto increíble, lo que hizo hoy fue realmente especial. Él puede ser controvertido, pero si no hay controversia en el hecho de que esto va para algo bueno".