Este sábado los relojes se atrasarán una hora, debido al cambio del horario de verano al de invierno. La medida, que debía adoptarse en marzo, reflota las dudas sobre las consecuencias y el período de adaptación.
Los especialistas han catalogado este atraso en el reloj como un cambio "bueno", donde destaca la hora más para dormir y el hecho que, gracias al nuevo horario, oscurece más temprano y mejoran las condiciones de luminosidad para conciliar el sueño.
"Estos cambios no producen problemas significativos de adaptación, porque sólo abarcan una hora, a diferencia de los viajes en avión, particularmente los intercontinentales, donde hay cambios bruscos de varios husos horarios en horas, el jet lag", comentó el doctor Pablo Guzmán, del Centro del Sueño de la Universidad Católica
Sostuvo, además, que para aquellos individuos que no tienen problemas para dormir el tiempo de adaptación será de dos a tres días.
La dificultad será para quienes presentan trastornos como apnea, insomnio crónico o trabajan con turnos rotativos. A ellos se les recomienda no estar expuestos a la luz del computador hasta tarde, evitar consumir alimentos estimulantes como café o bebidas energéticas, hacer ejercicio hasta tres horas antes del sueño y evitar fumar e ingerir alcohol en la noche.
El neurólogo del Centro del Sueño UC, sostuvo que la tercera edad también podría presentar problemas para acostumbrarse al nuevo horario. "Frecuentemente tienen tendencia a quedarse dormidos más temprano y a despertar también más temprano y en estas condiciones, el que oscurezca más temprano puede aumentar esta tendencia", indicó.
Guzmán recomendó que las personas de este grupo etario usen anteojos oscuros en la mañana y estén expuestos a la mayor luminosidad durante el el día.
Pese a que no hay cifras que demuestren que los accidentes de tránsito aumenten en estos períodos de cambio de horario se aconseja tomar precauciones y no manejar si es que se presentan síntomas de somnolencia.