Imposible no recordar la peor "restauración" de todos los tiempos, la del llamado "Ecce Homo" de Borja.
Un acto de buena voluntad ejecutado por la caritativa pero inexperta mano de Cecilia Giménez, una octogenaria de la pequeña localidad española que pasó al estrellato de un día para otro, tras arruinar un fresco de la iglesia local, sin imaginar que al poco tiempo se convertiría en un auténtico "ícono pop" global.
Ahora se cumple un año de esta obra y, más allá de las bromas y las anécdotas, está claro que sus vecinos deben estar más que contentos, ya que se estima que más de 70 mil personas han visitado hasta la fecha la pintura, dejando ganancias por 50 mil euros, que se destinan a la Fundación Santic Spiritus, según informa el canal Antena 3.
El alcalde, Francisco Arilla, explica que "hemos tenido una campaña espontánea de publicidad que nos ha venido muy bien para dar a conocer la localidad", haciendo directa referencia al incremento del turismo que se ha reflejado al uso de cafeterías, restaurantes y pastelerías, desatando un inesperado boom económico en la zona, situada en la provincia de Zaragoza (Aragón).
El origen de los visitantes es muy diverso, desde europeos hasta países como Australia, China, Japón e, incluso, de Sudamérica. Y para graficarlo se instaló un mapamundi en la entrada de la iglesia Santuario de la Misericordia, donde cada persona coloca una banderita de su país de origen antes de irse.
Para el ingreso se solicita un euro, sin embargo depende de la generosidad de los visitantes si quieren dejar una donación mayor.
Pero más allá del impacto a nivel local, el "Ecce Homo" de Borja y su creadora, Cecilia Giménez, saltaron las fronteras de España y se convirtieron en un auténtico hit en países como Estados Unidos.
Un eco que se resiste a desaparecer y que pervivirá, por ejemplo, en una edición especial, de 20 mil etiquetas, para los vinos españoles de las Bodegas Ruberte de Magallón.
Revisa un ejemplo del duradero impacto de la obra en Internet:
