Por Francisco Guerrero
Era uno de los shows más esperados de este primer semestre y no defraudó.
El británico, Ed Sheeran se presentó este jueves en una repleta Pista Atlética del Estadio Nacional ante un público mayoritariamente femenino.
Con dos exitosos discos a cuestas, Sheeran cumplió algo que las fanáticas esperaban: verlo a él y solamente a él sobre el escenario.
Salió puntual a escena a las 21.00 horas y con una energía avasallante llenó el escenario, el que paradojicamente estaba vacío.
Seis pantallas gigantes, una vital pedalera y una guitarra fueron el apoyo de este joven de 24 años que ya dejó de ser un fenómeno para ser, quizás, el precursor de un nuevo estilo de hacer shows, lejos de la pirotécnica y acompañado solamente de lo esencial: una buena voz.
Usando el mismo recurso que en sus shows en Colombia y Perú, Sheeran apareció con la camiseta de la selección chilena para hacer gritar aún más a sus fans, un adminículo ultra usado, pero efectivo.
Su primera interacción con la gente fue un "hola Santiago ni nombre es Ed y voy a entretenerlos por las próximas dos horas".
Tras esto, inició el concierto con "I'm a Mess", para dar paso a una mezcla entre la balada pop y el rap, siempre acompañado de los sonidos de su pedalera.
Así sonaron temas como "Nina", "Don't", "Photograph", "I See Fire" y otras completando un total de 17 canciones.
El punto alto de la noche, como era de esperarse, fue la interpretación de la archi tocada en radios, "Thinking Out Loud", convirtiendo al recinto en un karaoke de 15 mil fanáticas.
Dos horas de show en un buen transitar entre la balada, el pop, el rap y el soul que finalizó con "Sing" y un hasta pronto de uno de los buenos artistas británicos del último tiempo.