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Enigma de "la niña perdida" del Titanic, aún sin solución

Loraine Allison, una niña de dos años, y su madre fueron las únicas pasajeras de primera clase que jamás se encontraron.

24horas.cl Tvn

Martes 21 de enero de 2014

Tenía dos años cuando iba a bordo del Titanic, hace ya más de un siglo. Pero su cuerpo y el de su madre nunca fueron encontrados. Ambas son las únicas pasajeras de primera clase que desaparecieron tras la catástrofe.

Loraine Allison, conocida como "la niña perdida", es uno de los grandes misterios que dejó el hundimiento del Titanic. Pero 30 años después del siniestro, una mujer llamada Helen Kramer aseguró que ella era aquella niña. Dio detalles íntimos sobre la familia, y aseguraba ser la hija de Thomas Andrews, el diseñador del barco, fallecido durante el hundimiento.

Claro que no todo resultó tan sencillo. No se podían hacer comprobaciones, y en juego estaba una cuantiosa herencia.

Se inició entonces una batalla legal por ser reconocida como aquella niña, con oposición de la familia Allison. Hasta que en 1992 falleció sin haber logrado el fallo definitivo.

Todo parecía que iba a quedar nuevamente en el olvido. Pero, con motivo del centenario del hundimiento, su bisnieta Debrina Woods retomó la demanda e inició una campaña para ser ella misma reconocida como heredera por la familia. Abrió incluso su propia página web, llamada "El último misterio del Titanic" y, junto con un grupo de fanáticos del Titanic, comenzaron las investigaciones, poniendo en marcha el llamado "The Loraine Allison Identification Project".

Un siglo después, las pruebas de ADN, y los avances científicos, podrían desvelar el misterio de aquella "niña perdida".

Pero los resultados, publicados ahora, tras contrastar el ADN de los Allison con el de Kramer y su bisnieta, demuestran que no hay coincidencias.

A pesar de este duro golpe a su proyecto, Woods sigue manteniendo que todavía tiene pruebas de que la historia es cierta. En su página web, la bisnieta de Kramer niega que fuera detrás de la fortuna, tal como mantienen los Allison, aunque reconoce que su intención es escribir un libro.

"No hay ninguna fortuna, la mayor parte del dinero se había ido en el crash de 1929 y el resto fue mal gestionado por los dos hermanos restantes George y WP (William Percival) Allison", asegura.

Al final, el misterio de Loraine Allison continúa sin ser resuelto, y esta historia sólo ha derivado en una disputa entre familias. Mientras, la niña perdida del Titanic sigue perdida.