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Gondwana internacional

Revisa la columna de opinión de Manuel Maira analizando el presente de los emblemáticos del reggae nacional.

Cristián Jara

Jueves 26 de abril de 2012

The Police mostrando su rockero acercamiento al reggae en el Festival de Viña del Mar de 1982, llevó a un joven de dreadlocks, de nombre Claudio Labbé, a crear su propia banda, siete años después. Desde la población La Pincoya, “I-Locks” armó un grupo que lo tendría tocando el bajo dos veces en el mismo evento donde encontró la inspiración para iniciarse en la música.

Gondwana debutaría en 1997 con un disco que al fin encontraba una voz definitiva para canciones que significaron buenas ventas y exposición mediática. Esa voz era Quique Neira, un tipo que venía de un grupo llamado Bambú, que además tenía talento al componer y un carisma capaz de convertirlo en un personaje público.

Por eso que en 2003 cuando Neira deja la banda, muchos pensaron que la historia de Gondwana terminaría ahí. Error. Ese fue el punto donde el grupo debió poner en práctica la premisa que los tiene hoy como uno de los grandes nombres del reggae en español: Gondwana es un colectivo que está por sobre las individualidades.

Entonces, Labbé empujó el barco con la misma fuerza que en los anónimos comienzos, incorporando nuevos cantantes (Kingo, Maxi Vargas) para hacer un intenso trabajo enfocado en abrir públicos afuera que hoy rinde jugosos frutos. Lo he comprobado viendo sus discos muy bien posicionados en disquerías de Buenos Aires y Mendoza; leyendo extensas notas de prensa en Argentina; y escuchando por casualidad canciones de la banda en una playa en Perú, en un pueblo perdido al norte de Brasil y en una feria hippie de Venezuela. 

Las reseñas formales dirán que “Revolución” (2011) es el sexto y último disco de Gondwana, que fue fabricado en Argentina y es el trabajo donde incorporan a un tipo llamado MC Jona como enésimo cantante. Pero más allá de lo obvio, “Revolución” es una prueba de resistencia, trabajo y vigencia de un nombre que paradójicamente, se ha convertido en uno de los principales embajadores musicales de un país que los trata con indiferencia.

Mientras algunas bandas históricas estiran largas carreras con pocos argumentos y nula vergüenza, Gondwana sigue al frente con buenas razones para seguir escribiendo un importante capítulo de la música chilena.