En 1999 el ex ingeniero eléctrico, Bruce Campbell tuvo una idea: comprar un avión dado de baja para chatarra y reutilizarlo.
El avión que aún conserva su estructura completa, con alas incluidas, está alojado en un terreno que le pertenece a Campbell y donde pasa seis meses al año.
Aunque el avión conservaba gran parte de fuselaje cuando lo compró, aún trabaja en algunas restauraciones que incluyen las escalera, la cabina, los lavatorios, asientos e incluso planea arreglar las luces LED.
Al interior del Boeing 727, Campbell lleva un vida modesta: duerme en un futón, tiene una ducha hecha por el mismo, cocina en un horno microondas, come muchos productos en conserva y cereales.
Campbell que disfruta de su hobby, además, tiene un sitio web donde explica cómo reconstruir o refaccionar un aviones y se suma a la corta lista de personas en el mundo que han convertido a los aviones en sus casa e incluso en botes.