Todos sabemos que las apuestas se deben pagar, no importa lo difíciles que sean.

Es por ello que este joven estadounidense quiso pagar su deuda con su amigo y caminó sobre el agua congelada de un río sin más vestimenta que sus calzoncillos.

Todo iba bien hasta que el muchacho quiso tentar a la suerte y comenzó a saltar sobre el hielo, lo que sin duda, resultó ser una muy mala idea, pues la capa de hielo se quebró y cayó al fondo de las frías aguas.

Al intentar salir, ya era tarde, puesto que el hielo continuó quebrajándose, aumentando su martirio y, por cierto, el frío. Sin duda, las apuestas no son para este chico.

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