La hija del rockero Ozzy Osbourne luce orgullosa su nueva figura, luego de bajar más de 30 kilos, aunque declaró que tuvo que aprender por las malas que la búsqueda de la felicidad no viene con unos cuantos kilos menos.
"La gente piensa que he perdido peso y eso es lo que me hizo más feliz. Eso no es cierto, tuve que aprender a amarme a mí mismo primero", señaló Kelly Osbourne.
Aunque la mujer de pelo color lavanda tuvo que cambiar drásticamente su dieta y estilo de vida, todavía no se niega a caer en algunos placeres culpables.
"La pérdida de peso fue sólo uno de los beneficios de poner en el trabajo duro y la clasificación a mi misma en el interior primero a través de la terapia. Ese fue uno de los más aterradores momentos de mi vida. Juro que nunca me he sentido más desnudo, porque tuve que ser yo en realidad y no lo podía ocultar. Pero aprendí a respetar y amarme a mí misma, algo que creí que nunca sería capaz de hacer", declaró Osbourne.
También indicó que en ocasiones puede comer chocolate y pastel, pero siempre con moderación. Una vez que Osbourne superó sus problemas personales pudo encontrar la felicidad.
"Finalmente he aprendido a dejar que alguien me ame y me trate como me merezco y eso es una gran sensación. La cosa es que si usted cree que no merecen ser tratados bien, no lo será. Muchas chicas no creo que se merecen lo mejor. Aprendí por el camino difícil, pero cuando conocí a Mateo todo cambió y me di cuenta que nunca había estado enamorado antes", recalcó la mujer de pelo color lavanda.