Click acá para ir directamente al contenido

La endemoniada de Santiago: La historia en la cual se inspiró La Poseída

Carmen Marín tenía 18 años cuando -se dice- fue poseída por el diablo. Con los archivos de la época y el testimonio del sacerdote que la "sanó", te relatamos la verdadera historia del caso en que se basa la teleserie de TVN.

Constanza Solis

Martes 13 de octubre de 2015

El siguiente diálogo es real y ocurrió en 1857,  entre el sacerdote José Raimundo Zisternas y Carmen Marín, más conocida como "la endemoniada de Santiago". 

"¿Tengo yo las facultades para echarte?" - "Sí", responde en tercera persona Carmen.

"¿Por qué atormentas a la Carmen?" -  "Para probar su paciencia".

"¿Cuándo volverás? - "Dentro de un año y medio".

"¿Volverás bajo la misma forma?" - "No se sabe".

 

 

 

LA HISTORIA DEL PRIMER EXORCISMO EN CHILE

Nacida en Valparaíso, huérfana de madre y padre e ingresada recientemente a un convento con -se aproxima- 18 años de edad.

Esa era la vida de Carmen Marín, la joven que durante 1857 se transformó en el misterio sin resolver de la Iglesia Católica y los habitantes de Chile, tras ser conocida su supuesta posesión por el demonio.

Es este hecho real -desconocido para muchos- que vuelve a tomar protagonismo a más de 150 años de haber ocurrido. "La Poseída: marcada por el amor", es la próxima teleserie nocturna de TVN y que llevará a la pantalla grande la catarsis de Carmen.

Según cuentan los archivos de la época, recopilados en Memoria Chilena, la joven ingresó al Hospicio de Santiago para realizar los votos como Hermana de la Caridad. Fue en ese lugar, tan cercano a la espiritualidad y religión, cuando comenzó a sufrir los primeros ataques.

Hasta el lugar llegó el sacerdote José Raimundo Zisternas, quien en su libro "Relación hecha al Señor Arzobispo por el presbítero don José Raimundo Zisternas, sobre las observaciones verificadas en una joven que se dice espirituada, acompañada de los informes de varios facultativos que practicaron sus reconocimientos profesionales", narra lo que parecía ser una leyenda urbana más.

Es más, en el relato comenta su incredulidad a los rumores de la época que hablaban de la posesión de la joven. En más de dos ocasiones escuchó de testigos que habían presenciado los hechos, pero los tomó con dudas. Hasta que un lunes se dirigió al Hospicio y la conoció.

"A la Carmen la quemarás pero no a mí".

Esas fueron las palabras que pronunció la joven cuando el sacerdote propuso aplicar una "una plancha bien caliente en la boca del estómago", lo que a su juicio, ayudaría con el cuadro de "histeria" que sufría.

"Si eres el diablo como dicen, no tienes que apurarte, venga la plancha i haremos la prueba", le responde Zisternas.

Tras esto, el sacerdote, el Presbítero Vitaliano Molina y las hermanas que se encontraban en la habitación fueron testigos de los violentos y enfurecidos movimientos de la joven. Miraban sin entender, sin tener explicación alguna para lo que ocurría.

 

¿QUÉ PASÓ CON CARMEN MARÍN?

"Yo viendo que todos mis esfuerzos eran inútiles para averiguar lo que hubiese de verdad en semejante caso, no sabía que hacer: no podía por una parte explicarme lo veía, por otra no alcanzaba a comprender porque los hombres de la ciencia no podían o no querían explicar este fenómeno: parece que se rehusaban examinarlo seriamente por temor de encontrar allí alguna causa invisible: cuya existencia no querían reconocer por no verse en la necesidad de confesar la insuficiencia de sus conocimientos". (transcripción exacta de las palabras de Zisternas)

El estado de la joven, la presencia del sacerdote y opinión de los ciencia también se vio enfrentada en este hecho.

El mismo Zisternas explica que muchos de los doctores que se encontraban en el lugar "no querían" entender lo que veían, porque según él no reconocían no tener la respuesta.

Según los registros del sacerdote en la época, Carmen Marín cumplía con la mayoría de los síntomas que hacían parecer que su posesión era cierta. Esa misma creencia era compartida, incluso, por algunos académicos de la época.

Benito García Fernández, era doctor en medicina y cirugía de la Universidad de Madrid, también confirmó el estado de posesión de la joven.

"No es probable que lo de Carmen Marín sea una enfermedad nueva, sostenida i curada milagrosamente. La Carmen Marin es endemoniada", aseguró.