Katie Lentz, una joven estadounidense de 19 años, sufrió la madrugada del domingo 4 de agosto un accidente automovilístico que la mantuvo por más de una hora y media atrapada en su auto en una carretera de Misuri.
Un conductor que sobrepasó el eje central de la vía, golpeó su automóvil e hizo que se volcara a un costado del camino.
Los equipos de rescate que llegaron al lugar del accidente trabajaron cerca de 40 minutos sin poder sacar a la joven, que estaba atrapada entre el volante y el asiento del vehículo. Los rescatistas, extenuados, no podían cortar el metal del Mercedes Benz de la joven y el tiempo corría en contra para trasladarla pronto a un centro asistencial.
Para tratar de encontrar otro lugar para cortar y abrirse paso hasta la joven, voltearon el vehículo nuevamente a su posición en cuatro ruedas. Ya completaban más de una hora de trabajo y todos los esfuerzos por sacarla parecían inútiles.
La joven, notando la desesperación de los hombres, les pidió que rezaran con ella un momento. Todos dicen que cuando terminaron la oración -"de la nada"- apareció un sacerdote que se les acercó y se ofreció a acompañarlos.
"Él se acercó y ofreció rezar. Una sensación de calma se apoderó de ella, y también de nosotros. No puedo repetir con certeza lo que él le decía, pero yo y otro bombero escuchamos claramente que nos dijo que debíamos mantener la calma, que nuestras herramientas funcionarían y que teníamos que sacar a la joven del vehículo", dijo un impresionado bombero testigo del hecho.
Y, efectivamente, las herramientas finalmente cortaron el metal y Katie pudo salir de allí.
Después de que la joven fue subida al helicóptero ambulancia, la casi docena de hombres que trabajaron en el rescate se dieron vuelta para agradecerle al sacerdote, pero éste ya no estaba.
La carretera estuvo bloqueda la hora y media que duró el rescate, no había automóviles estacionados cerca y ahora caían en cuenta que era prácticamente imposible que el sacerdote hubiera llegado o salido del lugar sin ser visto.
"Estamos buscando al sacerdote, y hasta ahora nadie lo vio llegar ni irse. Haya sido un sacerdote real o un ángel, él fue un ángel para todos nosotros y para Katie", dijo un amigo de la joven accidentada.
"Nos gustaría encontrarlo y darle las gracias (...) Como primera línea de respuesta, uno no sabe con lo que se va a encontrar (en una emergencia). Tenemos una gran cantidad de herramientas y entrenamiento intensivo. En este caso particular, tengo la impresión de que no fue más que pura fe y no algo como un milagro", dijo el comandante de bomberos.
La joven conductora fue sometida a varias intervenciones quirúrgicas para reparar fracturas de huesos.