Tanya Angus, la mujer con el peor caso de gigantismo del mundo, murió a los 34 años de edad tras presentar complicaciones cardíacas por la acromegalia que padecía.
La mujer, de nacionalidad estadounidense, llegó a medir alrededor de 2,10 metros y pesar cerca de 200 kilos.
Su condición la motivó a crear la Acromegaly Community, un espacio para apoyar a los 20 mil estadounidenses que padecen acromegalia.
A raíz de su enfermedad Tanya crecía sin parar, por lo que su cuerpo era mucho más grande de lo normal sin tener proporciones en sus órganos y articulaciones, lo que la llevo a que sus últimos años de vida no fuera capaz de valerse por sí misma.
Luego de dos cirugías que casi le costaron la vida, incluso perdiendo un oído y a pesar de su complicado estado de salud sus familiares y amigos tenían la esperanza de que su último tratamiento logrará detener la segregación de la hormona del crecimiento, con el fin de evitar su temprana muerte.
Lamentablemente no fue exitoso.