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Parra el hombre imaginario

El Premio Cervantes reconoce el legado literario de un autor al que que va más allá de lo establecido.

Cristián Jara

Lunes 23 de abril de 2012

Nació en 1914 en la localidad San Fabián de Alico, un pequeño pueblo cerca de Chillán. Vio la luz al alero de una familia que a posteriori sería una de las más ilustres de la cultura popular de Chile por su legado artístico, pero la inquietud de Nicanor Parra se inclinó por la letras más que por los acordes.  

Su estampa artística en reconocida en el mundo literario por su carácter rupturista e innovador; poeta o mejor dicho antipioeta; virtuoso del folclore chileno; artista visual, traductor circunstancial, creador de antidiscursos, profesor de física y de matemáticas, son sólo algunas de sus especialidades.

Resultado de su ecléctica formación es el resultado de su ecléctica literatura: estudió en Estados Unidos y en Inglaterra, y la física y matemática, unido a su iniciación innata por lo folclórico, configuró su inconfundible personalidad.   

Desde su primer libro "Cancionero sin nombre", publicado en 1937, comenzó a gestarse una manera revolucionaria de entender la literatura cuyo manifiesto se plasmó en 1954 con su "Poemas y Antipoemas" que demostró que no existe una sola fórmula para hacer poesía.

Ese comienzo es el que hoy se corona con el Premio Cervantes y que hace justicia a una máxima literaria que se pasa por alto los formatos y hace énfasis en el impacto y las emociones más allá de lo cánones establecidos.

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