El próximo sábado 1 de septiembre, cuando sean las 24:00 horas se deberá adelantar el reloj en 1 hora. Así pasaremos a estar en la 01:00 de la madrugada del día domingo 2, dando inicio al horario de verano. Una operación simple en los relojes pero no en las personas.
Toda situación de cambio genera en nuestro organismo una respuesta de activación psicológica, fisiológica y emocional ante las modificaciones de las rutinas que tenemos. Por ello, cada vez que nos enfrentamos a cambios establecidos por un periodo prolongado el cuerpo -a todo nivel- sufre un proceso de "acomodación" que se asimila como estresante .
Este periodo en que el cuerpo se acostumbra al cambio, según el experimentado psicólogo y docente de la Universidad Mayor, Edmundo Campusano, es variable."Para algunos puede ser de 72 horas (3 días) y en otros casos el tiempo de adaptación puede llegar a los 6 meses, dependiendo de la magnitud y el impacto que tenga el cambio en la vida cotidiana de las personas".
"Para los que vivimos una vida rutinaria, cumpliendo un horario fijo, es sólo un pequeño ajuste, pero para personas que desempeñen turnos como los guardias o chóferes que se desempeñan largas jornadas y funcionan en base a dormir o no, es probable que el cambio sea más difícil", establece el docente.
LO PERJUDICIAL DEL CAMBIO
Según establece el especialista de la Universidad Mayor, una de las cosas que genera mayor nivel de alteración o estrés en las personas es cuando sentimos que no podemos predecir, ni controlar algunas variables de nuestra vida. Esto es lo que sucede cuando los chilenos nos enfrentamos cada año a los cambios de horarios.
"El organismo paga sus consecuencias. Cuando se está en estado de impredictibilidad, se ha visto que hay daño fisiológico importante. Aumentan las glándulas adrenales; aparecen úlceras en la mucosa intestinal y las personas andan nerviosas y estresadas", señala Campusano.
A la luz de lo señalado por el psicólogo, se puede inferir que los constantes cambios de hora pueden afectar la salud de las personas.
¿DORMIREMOS MÁS O MENOS?
Al adelantar una hora los relojes dormiremos una hora menos, lo que constituye otro elemento perjudicial del cambio de horario, ya que de los chilenos y en particular los santiaguinos tienden a dormir poco y mal.
"En el sueño ocurre una serie de procesos psicofisiológicos muy importantes para el organismo. En el fondo es como cuando se 'resetea' un computador. El cuerpo hace un chequeo completo, por lo que es esencial dormir las horas recomendadas", establece el psicólogo.
El especialista recomienda hacer cosas concretas para romper la sensación de no predicción o no control de la situación. La idea es hacer justamente lo contrario: planificarse.
Algunas medidas como dejar algunos relojes con la hora cambiada anticipadamente o planificar el día siguiente en función del nuevo horario, para que no nos pille desprevenidos, pueden ser de mucha ayuda para asimilar de mejor manera el cambio. Además se recomienda:
-Acostarse a la misma hora, aunque haya más luz
-Evitar ver televisión antes de dormir
-Exponerse al sol durante el día, para así sincronizar el reloj biológico más rápidamente.
-Mantener una "higiene" de sueño. No comer demasiado; no fumar, tomar alcohol ni café en la noche.
Un nuevo cambio de hora al que habrá que acostumbrarse, pero tomando las medidas necesarias se puede evitar la irritabilidad, somnolencia y los problemas para concentrarse.