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Afgana rapea a pesar de las amenazas

Las amenazas de muerte por parte de fundamentalistas parecen no amedrentar a la rapera Susan Firoz.

Cristián Jara

Martes 13 de noviembre de 2012

Un ejemplo de valentía y convicción artística que hace recordar a las rusas Pussy Riot tiene lugar en Afganistán.

A sus 23 años, Susan Firoz - primera rapera afgana- ha sido amenazada de secuestro e incluso con ser quemada con ácido si no depone sus intenciones de cantar y reflejar los dramas humanos que vive su país debido a la guerra y el fundamentalismo religioso.  

Susan  pasó años como refugiada junto a su familia, en Irán y Pakistán, calvario que es la temática de su primer éxito, 'Hamsaya Ha' ('Nuestros vecinos').

El la letra de la canción da cuenta de la cruda realidad de los desplazados, exponiendo que la mitad se volvieron adictos a la droga y la otra terrorista. 

Durante el periodo comprendido entre 1996 y 2001 los talibanes prohibieron la música occidental y favorecieron los himnos religiosos, además de reducir el papel de la mujer en la sociedad a las tareas domésticas, ideas que se mantienen hasta ahora.

Por eso la voz de Susan adquiere particular relevancia. Con sus convicciones muy claras, ya prepara una segunda canción: "Afganistán debe mantenerse unido", y confiesa no tener miedo a nuevas amenazas

"Canto que ha sido valiente, siempre será canción nueva", estableció Víctor Jara.