Varias fueron las voces que les pidieron a Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat que no se presenten en Israel. Organizaciones ibéricas y también judías, alzaron su voz estableciendo que los legendarios artistas no actuaran en "un país que ocupa y oprime a otro". Sin embargo, apelando a sus seguidores, confirmaron que realizarán los shows durante el mes de junio.
Fue el mismo Serrat quien salió al paso de la críticas, estableciendo que "tenemos un compromiso con gente a la que queremos en Israel, amigos nuestros que están peleando por una Israel y una Palestina más justa y yo voy a estar ahí al lado de mis amigos, que no son el Gobierno. Y desde ahí voy a tratar de transmitir lo que yo hago y como lo hago", dijo tajantemente.
Poniendo punto final a la controversia el músico catalán expuso: "A estas alturas del partido no creo que tenga que dar explicaciones de mi recorrido y es probable que las cosas que yo haga no sean del gusto de todos, pero sí debo tratar de que sean de mi propio gusto", concluyó.