Dicen que el día de tu matrimonio es el momento más feliz de tu vida, sin embargo, si el destino lo quiere, también puede ser el más triste.
Esa es la situación que experimentó Josie Zetz, de 11 años, quien simuló su fiesta de matrimonio para que su padre, moribundo por un avanzado cáncer, la acompañara camino al altar.
Ambos, fueron pronunciados "padre e hija" en una emotiva ceremonia que estuvo marcada por la certeza de que Jim Zetz no estará presente cuando el verdadero matrimonio ocurra.
"No fue algo fácil de hacer, pero no lo cambiaría por nada del mundo", dijo Jim, quien tiene un avanzado cáncer al páncreas que ya está en etapa cuatro y se cree que vivirá sólo unos meses.
"En veinte años, cuando ella realmente se case, ella va a estar feliz de que esto haya ocurrido", agregó el hombre de 62 años.
La idea de realizar la ceremonia ficticia fue de un amigo fotógrafo de la familia quien realizó todos los arreglos para el evento sólo 72 horas antes de que ocurriera.
Las fotografías de la ceremonia fueron publicadas en Internet y se hicieron virales.
Sin duda una dulce muestra de la crueldad de la muerte y el amor que puede tener un padre por su hija.
Fotos: Reproducción/ Lindsay Villatoro/ Love Song Photography