“Esto consiste en encerrarse y sobrevivir como se pueda, hasta que los zombis en el exterior se mueran”.
Dani Baró está preparado. No le teme a un posible holocausto zombi. Este vecino de Cánoves, un pueblo de Barcelona, se ha construido un refugio para resistir cualquier tipo de ataque por parte de los muertos vivientes.
Todo está pensado al detalle y a conciencia. No es un refugio construido en cartón piedra. Va enserio. Con gruesas capas de hormigón, puertas blindadas y diversos sistemas de seguridad y trampas para detener el avance de los zombis.
En 2010 este hombre comenzó la construcción de este bunker anti-zombi aprovechando un antiguo depósito subterráneo que tenía en su casa. Poco a poco fue diseñando un complejo refugio digno de la mejor película de la saga de los no-muertos.
Dividió las distintas zonas del búnker con colores que indican el código de seguridad, desde blanco, en el exterior, a roja, la zona más segura. Construyó, incluso, un vehículo preparado para resistir a los zombis en caso de necesitar salir al exterior en busca de víveres.
En el interior, el refugio está equipado con cocina, baños y hasta capilla, equipada para múltiples religiones. Tiene espacio para 6 personas, que podrían sobrevivir durante 1 año. Literas, alimentos, baterías, gasolina, cámaras de vigilancia y radio para intentar comunicarse. Hasta una zona de cuarentena, donde observar a algún sujeto sospechoso de poder convertirse, para evitar el riesgo de contagio.
Además, Dani está contando paso a paso todo lo que está creando, en su blog, y lo documenta con fotografías, para que otros puedan seguir su ejemplo y crear su propio refugio.
Su trabajo ha sido incluso reflejado en varios medios locales, e incluso en este corto documental, llamado "El último refugio". Quizás la invasión zombi esté más cerca de lo que pensamos.