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Pedro Ruminot se llevó la Gaviota de Plata con una rutina que recibió pifias

La rapidez de las historias, mezcladas con un notorio nerviosismo que derivó en pifias del público, hicieron que el comediante lograra hacer reír pero no trascender en este Festival de Viña del Mar.

Francisco Guerrero

Viernes 26 de febrero de 2016

Reírse de sí mismo puede ser un verdadero arte. Eso hizo en gran medida este jueves el comediante Pedro Ruminot.

"Es fácil ser fiel cuando eres feo", dijo el ex integrante de El Club de la Comedia, quien comenzó tibiamente su rutina, una que mezcló algunos tópicos predecibles como "el ser moreno", "el haber tenido cáncer" o el "ser pobre y feo pero haberse casado con una rubia", pero que integró algunos recursos novedosos como el uso del video wall para mostrar posteos de internet y fotos.

Los nervios no dejaron de estar presentes durante su presentación, los que se notaron cuando su forma de contar las historia, muy en el tono del programa que protagonizó en Chilevisión, se perdían por lo rápido en que expresaba los temas. Un signo de nerviosismo notorio.

 

Superando los problemas de nerviosismo, Ruminot logró sacar risas del público con temas que viajaron desde la política, pasando por la vida cotidiana e incluso con el episodio Pampita y Benjamín Vicuña.

La rutina seguía con normalidad hasta que temas como la Virgen María y Jesús hicieron que la Quinta Vergara se manifestara con algunas pifias, lo que hizo que el comediante utilizara a Luis Jara como un recurso rápido de volver a tener el control de la situación. Y lo logró.

Media hora de presentación y conectó bien con las exigencias de la gente. Comenzó a exponer sobre los call center, los jugadores de la selección chilena y temas como los inmigrantes, los que le valieron la aceptación del un público mayoritariamente adulto.

Una rutina que no se enfocó en un sólo tema, sino que se movió por diferentes temáticas sociales que, en alguna medida contagió al público, pero que debió sortear pifias incluso después de recibir la primera gaviota.

Historias rápidas, muy de estilo de televisión que, al no dejar pausas, no permitió que el público enganchara en su totalidad. Al final, los nervios le dieron a Ruminot sólo una Gaviota de Plata pero que le salvaron de ser "carne para el monstruo".