"Soy el más desconocido de este año, soy el más desconocido de todo el Festival de Viña". Con esas palabras inició su rutina el humorista e ingeniero de profesión, Juan Pablo López, y claro que tenía razón.
Lo que seguro no pensaba era lo rápido que consiguió ganar la simpatía del público, el que mostró su aprobación con algunas risas tímidas que comenzaron a surgir, y que rápidamente comenzaron a ser masivas.
La rutina no estuvo exenta de palabras fuertes, con dardos al sistema laboral y con un discurso que logró identificar a los asistentes con el clásico dilema de pedir aumento de sueldo.
Luego tocó con habilidad el tema del rol de la mujer en la sociedad, y aprovechó a molestar a los "Power Peralta". En esa área, contó con gracia temas cotidianos como ir al supermercado, y sin restar acidez en sus comentarios.
Tampoco tuvo tapujos para criticar las bajas jubilaciones, el problema con la educación y las altas pensiones de las Fuerzas Armadas, entre otros temas que han marcado los movimientos sociales.
Los hombres también fueron parte de la rutina de López, criticó a los chilenos calificándolos como "mamones" y también al soldado nacional, lo que provocó algunos chiflidos desde el público y algunos comentarios negativos en redes sociales. (Ver Nota)
Pese a ello, las pifias no se escucharon en la Quinta Vergara y las carcajadas marcaron la tónica de la noche que se volvió más "relajada" para el humorista al notar que el "monstruo" no había despertado, o tal vez no quiso despertar.
Gaviota de Plata y Gaviota de Oro en pocos minutos, y la sentencia de Rafael Araneda calificándolo como "el primer comediante que triunfa en el escenario de Viña 2017".
El remate post galardones tal vez fueron breves, un par de chistes sobre los departamentos pequeños y los problemas cotidianos en el Metro. Quizás no quiso alargarse para no aburrir, quizá estaba apurado o tal vez no tenía más rutina. Lo cierto es que lo logró, y se fue invicto desde el escenario.
