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La verdadera historia del Guatón Loyola

A las puertas de un nuevo 18 sepa cómo nació la cueca del gordo más popular en la historia de Chile.

Sebastian Marchant

Lunes 9 de septiembre de 2013

Es un personaje de “mucho peso” histórico y típico. A días de celebrar un nuevo 18 de septiembre, la figura del Guatón Loyola siempre está presente en las fondas,  popularizado  gracias a la caricaturesca cueca que difundieron los siempre cómicos folcloristas, Los Perlas.

Sin embargo y ante las reiteradas dudas que amerita la figura del gordo más importante de Chile, es necesario derribar mitos y dar a conocer la verdadera historia de Eduardo "Guatón" Loyola.

Muchas publicaciones se han hecho en torno a su redonda silueta. Que fue un estudiante de agronomía, decían algunos. Otros, como  un vendedor viajero que apareció en la prensa del siglo pasado intentó referirse a Loyola.

Sin embargo, lo de él no eran ni las letras ni los números, sino los remates en ferias libres de ganado.

Para esclarecer todos los mitos que hay en torno a su figura, hay que retroceder en el tiempo y llegar a la década de los 60, donde él fue entrevistado por el diario el Llanquihue de Puerto Montt.

En aquella cita, el Guatón Loyola cuenta cómo se transformó en el personaje histórico del folclore chileno.

En su relato afirma que todo nació como una humorada, como una broma de Alejandro Gálvez, conocido en el ambiente como el Flaco.

La noche en que se convirtió en mito

Todo ocurrió en 1954 cuando se encontraban Eduardo Loyoa, Flaco Gálvez y Mario Cassanello en el fundo de Santiago Urrieta Benavente en Parral.

Mientras disfrutaban de una comida y tragos en el casino del rodeo, tres sujetos con copas de más llegaron al lugar y comenzaron a ‘molestar’ a las muchachas que atendían en el local. Este incidente sería el punta pie inicial de una enemistad que después terminaría en la tradicional pieza musical.

Según cuenta en la entrevista, Loyola estaba en el bar de dicho casino cuando se topó con estos huasos ebrios. Palabras van, palabras vienen y todo terminó en una pelea.  Para evitar que todo terminara en cosas mayores, aparecieron funcionarios de Carabineros para frenar la situación. Sin embargo, su intervención sólo sirvió para supervisar la pelea.

Sobre su particular reto pugilístico bajo una mesa, Loyola dijo al diario el Llanquihue de Puerto Montt: “Bueno, algo hubo. En uno de los entreveros caí, y el otro tipo agarró una silla y tuve que esquivarlo. Alguien trató de quitarle la silla, pero no resultaba. Entonces, un amigo echó mano atrás y el que peleaba conmigo pensó que iba a sacar una pistola y se espantó. En verdad, fue un manojo de llaves. Pidiendo auxilio salió corriendo para el lado de la estación y no supimos más de él”.

Sólo esta escena bastó para que el ‘Flaco’ Gálvez soltara su pluma y escribiera el himno al huaso más ‘añiñao’ de Chile con la melodía del Aló Aló.

Pero las sorpresas no terminaban ahí, porque al día siguiente Eduardo Loyola Pérez sería inmortalizado en rodeos con su propia cueca.

“Antes los rodeos duraban tres días. El lunes se usaba para correr el Champion. Como a la una de la tarde del lunes fui a la medialuna, y me pidieron que presentara a una de las candidatas a reina del rodeo. Lo hice, había mucha sonrisa en todas las caras. Apenas presenté a la candidata, comenzaron los gritos: ¡Que bailen una cueca!, y bailamos. Ahí me sorprendieron, porque comenzó la cueca y la historia de la pelea de la noche anterior. La habían ensayado y todo. Después, el año 56 la grabaron Los Perlas y le cambiaron Parral por Los Andes. Dijeron que sonaba mejor. Pero el asunto fue en Parral”, dijo en la aquella entrevista.

Esta cueca fue inmortalizada por Los Perlas, pero luego fue grabada y difundida por el Dúo Rey Silva, Los Hermanos Lagos y también por Las Consentidas.

El Guatón Loyola falleció el 28 de agosto de 1978 a los 54 años luego de varias operaciones que intentaron extirpar quistes que sufría en el estómago. Fue sepultado en absoluto silencio, sin cueca, pelea ni rodeo. Se fue en el absoluto anonimato.

Ahora ya lo sabe, si alguna vez baila esta particular cueca, sonría y mire al cielo, tal vez Eduardo Loyola Pérez, el mismo Guatón está aplaudiendo su destreza en la danza nacional.

 

Fuente: 24horas.cl con información de: Chilenos de Raza (Francisco Mouat) y Diario Llanquihue de Puerto Montt de 1960.