Febrero es el mes en que más chilenos salen de vacaciones, muchos amos viajan con sus mascotas, mientras otros los dejan en un hotel. En algunos casos los animales se quedan solos en el hogar, a cargo de algún familiar o persona cercana que se encarga de alimentarlos, pero ¿cómo afecta la soledad a los canes?
Un estudio realizado por investigadores suecos, de la Swedish University of Agricultural Sciences, concluyó que la percepción del paso del tiempo que tienen los perros es mucho mayor que la de los seres humanos y el estar solos les puede afectar de forma negativa a nivel emocional.
Para la investigación, que fue publicada en la revista científica Applied Animal Behaviour Science, los especialistas trabajaron con un total de 30 perros, quienes fueron grabados en sus respectivos hogares hasta en tres ocasiones distintas. En cada una de esas grabaciones el animal estuvo solo en diferentes periodos de tiempo y se observó su actividad durante los periodos que estaban sin compañía.
Los investigadores se fijaron en las reacciones de los canes, es decir si ladraban, lloraban, dormían o jugaban, pero también se midió su frecuencia cardíaca y su reacción al regreso de sus humanos.
En todos los casos se pudo constatar que si bien el animal no se mostraba demasiado efusivo cuando el dueño regresaba transcurrido poco tiempo, sí lo hacía cuando ese tiempo aumentaba.
Según los especialistas, la separación durante largos periodos de tiempo causa en los animales domésticos episodios de ansiedad y estrés, lo que puede derivar no sólo en un empeoramiento de la calidad de vida y bienestar del animal, sino también en la aparición de comportamientos disruptivos comparables a los efectos del estrés postraumático en los humanos.
Los perros, además de tener un concepto del tiempo mucho mayor, tampoco son conscientes de que su amo va a regresar. Por tanto, cuanto más tiempo pasan solos, mayor es el sentimiento de abandono.
La llamada ansiedad por separación, que es la versión más grave de dicho estrés, incrementa los niveles en sangre de cortisol a niveles muy elevados, lo que puede traducirse en que el perro se orine o defeque, ladre, llore o aúlle y destroce objetos como consecuencia de su desesperación.
Estos comportamientos pueden llegar a convertirse en un verdadero problema para sus amos.
Ante esto, lo ideal es contactar con un especialista en comportamiento canino con el fin de que pueda dar pautas que faciliten la situación, o tratar de que el animal no pase demasiado tiempo solo.
Es importante que las personas tengan en cuenta que sus perros pueden estar presentando distintos comportamientos simplemente porque sus mascotas los echan de menos.