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Los alimentos claves para enero

Comienza el verano, los viajes y el calor, pero también los riesgos de deshidratación. Aquí te contamos cómo protegerte a través de los alimentos.

Daniela Toro

Jueves 27 de diciembre de 2012

Es época estival y en muchas ocasiones se produce deshidratación en diversas áreas de nuestra piel. Esto, por la exposición constante a los agresivos rayos solares, pero también gracias al envejecimiento y la mala alimentación.

Una buena alternativa para cuidar la piel desde adentro hacia afuera es beber líquidos e ingerir alimentos ricos en nutrientes y fluidos, que ayuden a mantener la piel sana.

Los alimentos predilectos para cumplir con esta misión son los pepinos, la lechuga, apio, sandía y fresas, entre otros. A continuación te contamos algunas características de estos alimentos aliados de la hidratación.

Los pepinos contienen un 95 por ciento de agua. Aportan electrolitos como potasio, sodio y magnesio que ayudan a reducir el riesgo de desequilibrio electrolítico con deshidratación. Además, contienen fibra y vitamina C, por lo que resultan excelentes hidratantes para la piel.

Por su parte, el apio contiene un 96 por ciento de agua, y constituye una poderosa fuente de minerales como sodio, fósforo, calcio, zinc, hierro y magnesio.

La sandía aporta el 92 por ciento de agua, y contiene un saludable equilibrio entre azúcares y minerales. Además, aporta magnesio, sodio, calcio y potasio, además de vitamina C y licopeno, un poderoso fitoquímico que reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y ciertos cánceres.

Las fresas están compuestas por alrededor de un 91% de agua, y contienen ácido fólico y vitamina C.

Los alimentos ricos en ácidos grasos Omega 3, como el salmón, atún, trucha y sardinas son beneficiosos para la salud de la piel, así como para mantener una adecuada presión sanguínea y prevenir enfermedades como artritis y diabetes.

El agua, por supuesto, es el bebestible por excelencia para lograr una adecuada hidratación. Dos litros de agua al día ayudan a mantener la piel hidratada, lo que en definitiva, ayudan a minimizar las líneas de expresión y las arrugas.

Es importante recordar que cuando la piel no recibe la hidratación que necesita, las glándulas sebáceas producen más sebo para compensar la resequedad, lo que trae como consecuencia mayor vulnerabilidad al sol y a otros agentes externos, como el smog.