Para muchas personas las palabras sexy y América traen a la mente una rubia exhuberante envuelta en pétalos de rosa.
Es por esto que la fotógrafa Carey Fruth, intenta cambiar la idea que Sam Mendes, el director de "American beauty", retrató en su reconocida película.
Con modelos de talla grande, pequeña y bellos rostros, la artista norteamericana deja atrás las "formas perfectas" impuestas.
Fruth ha explicado que trata de hacer que cada mujer reivindique el poder que tiene por ser ella misma, dueña de su cuerpo y su destino, en vez de ser sólo un objeto sexual.
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