Anna Page es una joven ingeniera de 25 años de Derby Inglaterra que llevaba una vida sana y atlética hasta que tuvo una lesión en el tobillo que la volvió sedentaria y sin darse cuenta aumentó significativamente de peso.
“En diciembre de 2016, mientras compraba un vestido para Navidad, tomé consciencia de mi cuerpo, ya que nada me entraba y, si lo hacía, no me quedaba”, explicó la joven según publica TN, “Me vi en un espejo, dentro de un cambiador, y comencé a tomarme fotos. Fue el empujón que necesitaba”, expresó.
Luego de eso decidió revisar su estilo de vida y ver de qué manera lo podía mejorar considerando su lesión, fue ahí que detectó dos malos hábitps que la estaban haciendo subir de peso: Comía por aburrimiento y sus porciones eran demasiado grandes.
Tras descubrir eso decidió cambiarlo. "Tomé algunas decisiones para reducir el ‘picoteo’ entre comidas, a menos que tuviese hambre, y me enseñé autocontrol con mis porciones”, contó y agregó "estaba desesperada por volver a entrenar pero mi lesión impedía incorporarme a un equipo, así que comencé a caminar y practicar spinning”.
A lo que Anna se rehusó fue a dejar de comer sus platos favoritos, por lo que descubrió que si los cocinaba en casa en lugar de comprarlos preparados podría reducirles las calorías.
“Bajé 10 kilos en cuestión de semanas, pero luego del primer mes la pérdida de peso fue más lenta”, contó.
Tras 10 meses con su nuevo estilo de vida la joven logró reducir 30 kilos y junto con eso se puedo recuperar de la lesión que tenía en el pie, por lo que pudo volver a realizar deportes en equipo.
Page ha compartido su proceso a través de Instagram y de su blog como una forma de motivar a las personas a llevar una vida más saludable.