Los reptiles son considerados animales muy serios, serenos y de sangre fría, pero al parecer Malí es la excepción a la regla, ya que este pequeño lagarto disfruta todo lo que puede de las caricias que le da su dueña.
Según quienes subieron el video, Malí cada vez que sale de su jaula corre, se voltea y mueve sus brazos mientras le rascan la barriga.
El lagarto perteneciente al género Uromastyx, que no parece tener problemas con las atenciones que le regalan en su terrario.