"La curiosidad mató al gato" versa el dicho popular.
En el caso de las impresoras, este proceso parece bastante cercano al dicho, al menos para los felinos más miedosos de la casa, quienes pasan un gran susto al ver una simple impresora funcionando.
Revisa esta divertida secuencia que muestra que el escritorio no parece ser el lugar más adecuado para los gatos: