La perrita Bubba comió hasta más no poder en el día de Navidad, y no fue precisamente de su pellet.
Según publicaron sus dueños en redes sociales, esta pequeña se metió a la cocina la noche previa a la celebración y comenzó a comerlo todo.
Ellos nunca supieron lo que había pasado hasta que la vieron en el piso. Ahí estaba, echada en la alfombra con su cuerpo extremadamente inflamado y siendo incapaz de moverse.
Así es normalmente:
Y así quedó:
@David_Barrett5 there's the culprit she can't move pic.twitter.com/BDsMlYT2UW
— Davyyyy (@David_Barrett5) 24 de diciembre de 2016
Definitivamente esta perrita se comió todos los postres.