Es un hecho. Las mascotas también sufren complicaciones a la piel. Según Verónica Balazs, directora del Área Dermatológica del Instituto Dermatológico y Especialidades Veterinarias (Idervet), “la piel es el lugar donde se presentan con mayores frecuencias los tumores en los perros y gatos (20% a 30%)”, destacando que “los perros tienen seis veces más cáncer a la piel que los gatos”.
Asimismo, la experta y miembro de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Veterinaria aseveró que generalmente los tumores a la piel afectan a animales de mediana a mayor edad. Además, manifestó que “algunas razas como el bóxer tienen una mayor incidencia a estos tumores y entre los gatos, los siameses y persas suelen tener mayor riesgo”.
La especialista explicó que la sobreexposición de los animales al sol se considera como la causa principal de crecimiento canceroso en la piel y que afecta, especialmente, a los de pelaje blanco. “En los gatos blancos es bastante frecuente que la acción de la radiación ultravioleta produzca un tipo de cáncer denominado carcinoma de células escamosas, que afecta a la nariz y la punta de las orejas. Este cáncer suele ser muy agresivo y es enormemente importante que los dueños de gatos, que comienzan con este problema, lo lleven a un oncólogo o dermatólogo veterinario, porque si se actúa con rapidez, estos casos pueden tener un buen pronóstico”, detalló Balazs.
Del mismo modo, añadió que “los perros de color blanco, como algunos bull terriers, también tiene riesgo de sufrir de cáncer a la piel, en especial en la zona del escroto y del vientre, debido a la acción de los rayos ultravioletas, ya que estos animales muchas veces se recuestan de espaldas para tomar el sol. En la actualidad se esta vendiendo ropa para perros con telas a prueba de radiación solar”, dijo.
Finalmente, la experta contó que con los avances de la medicina veterinaria esto ha cambiado considerablemente y existen tratamientos contra el cáncer que pueden prolongar la vida de los animales afectados, darles una mejor calidad de vida, e incluso, en algunos casos lograr una recuperación definitiva.
“Un aspecto muy importante a tomar en consideración es que se ha visto que los animales no sufren los efectos secundarios tan intensos que se observan en la quimioterapias de humanos, rara vez se decaen o tiene vómitos”, concluyó.
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