Ecología es la palabra clave de este nuevo desarrollo, que utiliza la orina para dar vida a un robot sostenible (o sustentable, si usted prefiere).
De esta manera se dan dos pasos importantes, por un lado se deshace de los residuos orgánicos producidos por los seres humanos y por otro, se le da vida a nuevos robot ecológicos.
Ecobot es un prototipo de robot que aspira a ser energéticamente autónomo, que recoge la idea de utilizar un residuo orgánico que no escasea y que proporciona el combustible necesario.
Según consigna esmateria.com, Ecobot estaba en busca de un corazón, tal como el hombre de hojalata.
Necesitaba una fuente de energía limpia, que fuera autónomo y que además no produjera contaminación. De ahí que sus creadores eligieran el combustible ideal que solucionaría la necesidad de deshacerse de los residuos producidos en forma natural.
¿Cómo funciona?
Los residuos o la orina son consumidos por microorganismos que están alojados en las baterías del robot, reacción que causa pequeños destellos de electricidad, los que sumados a pilas, producen la energía necesaria para dar autonomía al Ecobot.
Este video explica más sobre el desarrollo:
"La corriente eléctrica de bajo nivel que fluye a través del circuito se usa para cargar un condensador que, una vez ha acumulado suficiente energía, puede usarse para algo útil", explica a eleconomista.com Peter Walters, uno de los investigadores del proyecto.
La función del corazón bombeado por orina es mantener constantemente alimentadas las baterías, puesto que estas no pueden descargarse. Este órgano vital para el robot es hecho a semejanza del corazón humano y cuenta con fibras musculares artificiales que bombean el líquido a todas las celdas que contienen las pilas.
Por ahora el proyecto solo ha utilizado orina de voluntarios sanos, sin embargo la idea es utilizar toda la orina que sea posible, incluso la de animales y la recogida en baños públicos. Así, asegura Walters, la orina será el combustible del futuro.
Ecobot es parte del programa de búsqueda de soluciones al problema global de los residuos orgánicos creador por la Fundación de Biil Gates y Melinda Gates.