Tenía el tamaño de un bus y se estrelló en Rusia en febrero pasado dejando más de mil personas heridas y diversos daños materiales, pero eso no fue todo.
Los satélites de la NASA revelaron que el meteorito que impactó en Cheliábinsk levantó una pluma de polvo cósmico que se movió a una velocidad de 300 kilómetros por hora, dio la vuelta al mundo y se mantuvo por tres meses en la estratósfera.
Tres horas y media después de esta explosión, que lanzó más de 30 veces la energía de la bomba atómica de Hiroshima, el Ozone Mapping y Profiler Suite registró que las toneladas de escombros microscópicos dejados por el meteorito comenzaron a avanzar hacia el este.
Sólo cuatro días después de la caída del meteoro la columna de polvo ya había dado la vuelta a todo el hemisferio norte y había regresado a Cheliábinsk para mantenerse de manera detectable por cerca de tres meses en el planeta.
Un video realizado por la NASA muestra la evolución que vivió el tránsito de este material cósmico, estudio que podría entregar más datos de la contaminación que todos los días afecta a la atmósfera y cómo pueden influir en la formación de nubes, entre otras cosas.
"Ahora en la era espacial, con toda esta tecnología, podemos alcanzar un nivel de entendimiento diferente sobre la inyección y evolución de polvo de meteorito en la atmósfera. Claro que el evento en Cheliábinsk es mucho menor al 'destructor de dinosaurios' y es bueno, porque tenemos una oportunidad para estudiar de manera segura el potencial peligro de este tipo de eventos", señaló el físico atmosférico Nick Gorkavyi.