Aunque para muchos puede ser complicado, el romántico hecho de convivir a diario con una pareja sería la clave para permanecer más sanos.
Según lo afirma una investigación realizada por la Universidad de Valencia, y publicada en la Revista Española de Investigaciones Sociológicas, las personas que no viven en pareja tienen peores niveles de salud y mayores posibilidades de sufrir ansiedad o depresión crónica que aquellas casadas o que conviven con otra persona.
El estudio sobre el efecto del divorcio o la separación, aplicado a personas entre 25 y 64 años, fue elaborado por profesores del Departamento de Sociología y Antropología Social de esa casa de estudios. Carles Simó-Noguera, líder de la investigación, menciona que las mujeres que no tienen pareja "muestran una peor salud que los hombres con el mismo estado civil y situación de pareja, además de presentar más probabilidades de sufrir ansiedad y depresión crónica". Por su parte, los hombres separados o divorciados "tienen riesgos más graves de sufrir depresión crónica que el resto de hombres", añade el investigador.
El profesor, teniendo en cuenta las conclusiones de esta investigación, subraya el "efecto beneficioso" de la convivencia en pareja, puesto que es una situación que "atenúa la mala salud en todas las patologías observadas".
"La clave no está en el estado civil, sino que la encontramos en la interacción entre el estado civil y la situación de convivencia, por lo cual vivir con una nueva pareja después de la disolución del matrimonio preserva la salud de las personas implicadas", agrega Carles Simó-Noguera.
Trabajos anteriores habían demostrado el efecto protector que tiene el vivir en pareja por el hecho que el compartir la vida con alguien ayuda a la integración en la comunidad y reduce el aislamiento.
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