El primate más grande del mundo se habría extinguido por "no comer sus verduras".
Así lo explica un estudio publicado en la revista científica Quaternary International, el que postula que el gigantopithecus no pudo adaptarse a la escasez de frutas en su área.
Este animal medía tres metros de altura y su tamaño podría explicar por qué no pudo hacer el cambio de dieta que sus parientes más pequeños sí: habría necesitado demasiado volumen de alimento para mantenerse.
El análisis postula que las otras especies cambiaron sus dietas de fruta a hojas, pastos y raíces.
"El gigantopithecus probablemente no tenía la misma flexibilidad ecológica y posiblemente le faltaba la habilidad fisiológica para resistir el estrés y la escasez de comida", explica la investigación.