Según la Federación Internacional de Diabetes, el 2011 se contabilizaron 366 millones de personas con diabetes en el mundo, y de no hacerse nada, este número aumentará hasta los 552 millones en 20 años.
A nivel nacional los datos no son muy distintos: de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud del 2010, un 9,4% de la población mayor de 15 años sufría esta enfermedad, prevalencia que aumentó respecto del 2003 cuando el porcentaje llegaba al 6,3. Es decir, de 7 mil diabéticos pasamos a 12 mil en 7 años.
“Esta es una enfermedad que crece a pasos agigantados, y las cifras son alarmantes. Tenemos mucho trabajo que hacer, porque las enfermedades crónicas no transmisibles han tocado fondo y son una de nuestras grandes batallas puesto que no solo se relacionan con otras patologías, sino que también aumentan las muertes atribuibles a la diabetes", explica Francisca Figueras, directora nacional del Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile A.G.
Según la experta, es fundamental la "prevención y su tratamiento, el cual debe ser multidisciplinario con un profesional Nutricionista a cargo de una alimentación adecuada y equilibrada”.
La razón de este alto índice es el aumento de la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles, pandemia que ha sido muy potente y difícil de revertir.La profesional es enfática en señalar que si una persona tiene factores de riesgo como antecedentes familiares con diabetes mellitus tipo 1 o 2, obesidad y resistencia a la insulina, se debe prevenir desde niños y trabajar arduamente en la promoción, prevención y un tratamiento adecuado a esta patología.
Consejos para evitar llegar a la diabetes:
-Mantener un estilo de vida saludable, evitando el tabaquismo y favorecer una alimentación equilibrada y actividad física.
-Aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres, alimentos con un alto contenido de fibra, que favorece la glicemia en niveles normales.
-Tener el peso adecuado, ya que el sobrepeso y la obesidad favorecen la aparición de las enfermedades crónicas no transmisibles.
-Realizar actividad física, mantenerse activo y disminuir el tiempo que se pasa sentado.
-Leer el etiquetado nutricional de los alimentos, verificar contenido de grasas saturadas, sodio y sal de la comida.
-Evitar el consumo de azúcar y de alimentos ricos en azúcares o sacarosa, como pasteles, dulces, gaseosas, jugos, entre otros.
-Evitar comida chatarra, alimentos con alta densidad calórica energética, como las comidas rápidas y gaseosas.
-Tener horarios de alimentación establecidos: considerar en la alimentación por lo menos 4 comidas base (desayuno, almuerzo, once y cena).
-Ser conscientes de mantener un buen estado de salud.
Foto: Reuters