El estudio dirigido por la doctora Ana Adan de la Universidad de Barcelona y publicado por en Journal of the American College of Nutrition revela que la pérdida de más de un 2% de agua corporal disminuye la capacidad de memoria a corto plazo.
"Una hidratación adecuada es un factor decisivo en la prevención de accidentes laborales y el desarrollo de enfermedades", afirmó Adan.
La doctora afirma que "por muy leve que sea la deshidratación, implica un desequilibrio en la función homeostática del medio interno que puede repercutir negativamente en la capacidad cognitiva e interferir en la correcta realización de actividades laborales o académicas que requieran la utilización de habilidades mentales concretas".
La investigación explica que la falta de líquidos afecta las actividades intelectuales como: la atención, la memoria inmediata, la psicomotoras y las evaluaciones de estado subjetivo como las más perjudicadas por una mala hidratación.
Producto de la deshidratación se producen cambios en la cantidad de sales y electrolitos corporales, lo que puede alterar la actividad cerebral y el correcto funcionamiento de los sistemas de neurotransmisión interviniendo en el procesamiento cognitivo, provocando la pérdida de la concentración, lo que traduce en menor rendimiento.
Los especialistas recomiendan consumir más de 2.5 litros de líquidos diarios de los que cerca de 25% debe proceder de los alimentos y más del 75% de los bebestibles.